Entre cambios y presagios

“Es claro que existe un lenguaje masculino y otro femenino porque cada uno escribe como lo que es, y si soy una mujer hablo como mujer, hay un lenguaje particular que pertenece a la mitad del género humano.”

Gioconda Belli.

Existen muchos y muy diversos géneros de novela; algunos nos llaman más la atención que otros, algunos son más frecuentes, pero al fin y al cabo cada uno de ellos tiene un propósito especial. Entre los tantos géneros se encuentra uno en específico que trataremos dentro de este ensayo: el Bildungsroman, o también conocido como “novela de iniciación”. Abordaremos que dicho género se encuentra dentro de las obras narrativas de Gioconda Belli, reconocida escritora nicaragüense, y nos centraremos en su novela Sofía de los presagios para demostrar que en su novelística, si bien Belli se basa en el Bildungsroman, éste cambia en algunos aspectos, por lo que necesitaría ser revalorado.

El término Bildungsroman  viene del alemán, donde la palabra “Bildung” significa educación, de tal modo que al referirnos a una novela de género Bildungsroman, debemos dar por entendido que se tratará de una literatura de formación en lo que respecta a carácter. En las novelas de este género el lector sigue el crecimiento intelectual, espiritual, y emocional del protagonista. Se tienen algunas dudas acerca de cuándo y quién fue quien usó por primera vez el término, aunque hay tres posibles autores: el primero de ellos es Karl Morgenstern, profesor de Estética e Historia, y primer rector de la Universidad de Tartu, quien en alguno de sus discursos justificó el género como “el medio moral de la educación”, en contraposición al concepto que se tenía entonces acerca de la novela, considerada sólo como un entretenimiento; esto en el siglo XIX alrededor de los veinte; el siguiente candidato es el filósofo alemán Wilhelm Dilthey, por lo que esto hubiese sido al principios del siglo XIX; por último, está la posibilidad de que fuese el profesor Frederich von Blankenburg, en el siglo XVIII (Sagredo 4; Morrison 4).

Desde finales del siglo XVII y principios del XVIII se pueden reconocer novelas de este género; más recientemente tenemos novelas como La montaña mágica de Thomas Mann, o Retrato de un artista adolescente de James Joyce. La principal característica del Bildungsroman es que el personaje central tiene una evolución a lo largo de su vida, formándose a través de experiencias de todo tipo, de las cuales una de ellas viene a ser el parteaguas; el personaje termina aprendiendo la lección, superándose y adaptándose de una nueva manera a la sociedad que le rodea, y muchas veces encontraremos que lo logra mientras realiza un viaje. Podemos mencionar un aspecto más que será fundamental para el desarrollo del ensayo: el protagonista por lo regular se trata de un hombre joven e inexperto. Nótese que decimos “por lo regular”, sin embargo, hay casos excepcionales en los últimos años, donde la protagonista es más bien una mujer joven. En estos casos el Bildungsroman mantiene su esencia de “novela de iniciación”, pero con ciertas diferencias.

Esther Kleinbord Labovitz, quien ha escrito de este tema en The Myth of the Heroine, reconoce algunos elementos del Bildungsroman femenino, tales como la auto-realización, los roles de género, educación a través de la lectura, necesidad de dirección (en todo ámbito: psicológico, sexual, social, ideológico), crisis religiosa, actitud ante el matrimonio, preguntas filosóficas, y elementos autobiográficos. También afirma que esta división del género no estuvo bien desarrollada y se queda trunca, por lo que no hay muchas apariciones de heroínas en novelas de iniciación en la actualidad (Morrison 44; Kleinbord).

Gioconda Belli es una de esas autoras modernas que ha decidido utilizar el Bildungsroman, en mayor parte con los elementos que describe Labovitz, dentro de sus novelas; al menos es el patrón que mantuvo en sus primeros textos novelísticos. Si bien Belli misma no se reconoce como feminista al momento de escribir, sí declara que el tema de la mujer es de sumo interés para ella, y que por esa razón decidió escribir sus novelas desde la perspectiva femenina, sin llegar a ser feminista; ella lo dice de la siguiente manera: “Es un tema que me interesa. La mujer entra a la literatura bien tarde. (…) Entonces escribir sobre la subjetividad femenina, sobre el mundo interior de la mujer, a mí me parece muy importante porque no se conoce lo suficiente” (Sotomayor). Algunas escritoras que también han hecho Bildungsroman femenino son Doris Lessing, Christa Wolf, Virginia Woolf, Dorothy Richardson, entre algunas otras (Kleinbord).

La novela de iniciación como la maneja Belli dentro de sus textos cobra ciertos giros importantes en comparación con el modo en que surgió el género, debido a que el personaje central es una mujer, y a que la autora es Gioconda Belli. Ella trata de desmantelar una tradición patriarcal a través de sus escritos, y la manera en que lo ha hecho es otorgándole variaciones a los patrones comunes. En este sentido es toda una rebelde. Desde tiempos antiguos el concepto de la mujer había sido visto desde los ojos de un hombre, y la autora viene a proponer una visión más especializada: la de la mujer misma.

Hablemos de las novelas de Gioconda. Sofía de los presagios es la segunda novela que escribe (antes se dedicó a la poesía), y aún hasta la tercera novela la autora mantendrá el estilo dentro de los márgenes de una novela de iniciación. En la narración, Sofía es una gitana que cuando es niña se ve abandonada por sus padres en un pueblo llamado Dirià, en Nicaragua, sin poder ella entender (ni siquiera recordar) el motivo; vemos que el hecho de no tener en su pasado alguien con quien identificarse hacen que Sofía crezca con la identidad perdida entre los murmullos de la gente que le teme y le admira a la vez. Los brujos del lugar, con quienes empata rápidamente, pues entienden los misterios de su raza, le ayudan a encontrarse a sí misma, en un proceso donde Sofía aprende a sacar provecho de su condición.

Como ya lo hemos dicho, la diferencia más notable en el Bildungsroman de Gioconda Belli es que su protagonista será siempre una mujer revolucionaria, en el concepto de “crear cambio”; esto tiene que ver, claro, con el pasado biográfico de la autora, pero es un tema que dejaremos para otro momento. En sí, es una idea que difiere mucho de cuando el género fue creado, pues para entonces el concepto de la mujer era muy diferente, prácticamente no tenía derecho alguno.

El Bildungsroman comenzó como un género exclusivo del hombre, donde el protagonista tenía un tinte de héroe, y apareció las primeras veces en novelas picarescas, por ejemplo, el Lazarillo de Tormes. François Jost llegó a justificar que el género partía desde el mito del origen de la creación según la Biblia: el hombre hecho a la imagen y semejanza de Dios, y que por lo tanto el término “Bildung” implica una pertenencia paternal (Morrison 3). Sin embargo, el género se ve obligado a usar figuras femeninas cuando las escritoras (occidentales sobre todo) se rebelan contra la opresión de su época, en cuanto a género, raza y clase social; sabemos que también afecta el hecho de que la mayor parte de la población que leía novelas, eran mujeres (Morrison 2).

Un aspecto en el que, a pesar de todo, no difiere el Bildungsroman femenino, es la pérdida de los valores familiares. En cualquier novela de este tipo veremos que conocemos muy poco, si no es que nada, del pasado del protagonista. La posibilidad de ser estable y formar una familia, para el personaje son simplemente ideas que no llegan a concluirse, al menos mientras éste está descubriéndose a sí mismo, pues notaremos que la trama concluye con un cambio inesperado en el que entonces caben esas posibilidades. Gioconda Belli respeta esta particularidad del género (Morrison 4).

En Sofía de los presagios, la protagonista tiene una vida afortunada (después de ser dejada en el Dirià) hasta el momento en que contrae matrimonio con René, siendo ella aún muy joven. A partir de entonces, su vida da un giro completo, y se ve a sí misma como esclava de un matrimonio y una realidad que le impiden lo único que a ella le puede hacer feliz: la libertad:

Ya no le caben dudas a Sofía de que vivirá encerrada buena parte de su vida, su juventud entera quizás, pero nunca toda su existencia. Algún día, se dice, cruzará las puertas de metal del muro y saldrá de allí sin volver siquiera la cabeza. Mientras tanto no perderá su tiempo en llantos y lamentaciones. (Belli 40)

La idea de matrimonio se vuelve simplemente terrible para Sofía, pues no es para nada lo que ella esperaba. Esto, claro, es parte de su crecimiento como individuo. Al final de la novela, sin embargo, llega el cambio crucial para su vida, en donde se entiende completamente a sí misma, y entonces se presenta la oportunidad de ser estable, y verse como parte de una sociedad, aunque ésta no la acepte del todo:

A través del agua, Xintal tiene la visión del tiempo rompiendo el círculo y liberando a la mujer de los designios torcidos de la madre; vislumbra la disolución del rencor y el hechizo del abandono y sabe que la ceremonia del rocío surtió efecto (…). Sofía había llegado al fin de su búsqueda, podría mirar su imagen en el espejo, reconciliarse con la oscuridad de su origen, romper las profecías y empezar a vivir su propia vida. (317)

La protagonista está totalmente perdida en identidad, no encuentra con quien asimilarse (aunque a lo largo de la historia estará en búsqueda de una figura materna con quien identificarse), por lo que no sabe comportarse como las mujeres “deben”, sino que se rehúsa a seguir los patrones que se le han impuesto como género. Sofía cree que una maldición recae sobre ella al no tener un pasado ni un presente seguro y definido, esto la lleva a una búsqueda de libertad, pero más que nada, una libertad de sí misma.

Por otra parte, ya hemos abordado que el fin de una novela de iniciación es la integración del individuo a la sociedad, además del crecimiento que debe haber obtenido. Gioconda Belli retoma este aspecto del género, y lo manipula de tal modo que la protagonista en efecto tendrá un crecimiento personal, pero jamás se integrará de una manera normal en la sociedad que le rodea (Barbas). A pesar de encontrarse al fin en paz con ella misma, Sofía nunca termina reconciliándose con la gente del Dirià, en general. Sin embargo, se encuentra feliz.

Ahora bien, el Bildungsroman surge del optimismo humanista: el protagonista logra entenderse a sí mismo, le encuentra sentido a su vida y entonces todo culmina con su activa integración a una sociedad que ahora entiende, y esto lo hace feliz; sin embargo, Belli no deja llegar a este punto a sus protagonistas, ¿entonces por qué son felices?

Tal parece que el Bildungsroman femenino consiste en la confrontación de la protagonista ante una crisis, y en cómo la supera; no bien en la búsqueda de sentido individual para una integración óptima a la sociedad (Barbas 90). La felicidad de la protagonista no radica en entenderse a sí misma para entender su alrededor, sino en la reconciliación personal, sin importar que el otro la entienda o no; es una integración egoísta dentro de un círculo social, no pretende ser empática.

Una diferencia notable entre el Bildungsroman  masculino y el femenino, es que mientras él-protagonista encuentra sus fortalezas y se aprovecha de ellas para incrementar sus posibilidades, ella-protagonista descubre sus debilidades y limitaciones impuestas por una sociedad patriarcal, pero esto sólo la lleva a superarse, a asimilarlas, y a reconciliarse con ellas.

Sofía, a lo largo de la novela, intenta adaptarse de la mejor manera a las situaciones que se le van presentando, pero siempre termina perdiendo el control ante las juiciosas miradas de los habitantes del Dirià, quienes no dejan de tenerla bajo la lupa por el misterioso pasado que la rodea. Sólo al final, ella logra ignorar esas miradas y dedicarse a sí misma. Podemos decir con certeza que el parteaguas en la vida de Sofía es su embarazo y la concepción de su hija. A partir de ese momento se convierte en otra mujer.

De por sí, el género novelístico es poco conocido, y menos aún cuando se trata de una protagonista y su vida. Muchas veces, quienes no lo conozcan, pueden no entender el objetivo de una novela de tipo Bildungsroman; en el caso en que el personaje es femenino, incluso se le llega a imponer el título de “novela feminista”. Pero no es así (aunque es cierto también que muchas de las novelas femeninas de iniciación surgen en una crisis en que la autora es reprimida, como en el caso de Belli), una novela Bildungsroman, sin importar el género del protagonista, siempre va enfocado a la formación de carácter.

El término Bildungsroman femenino ha sido adoptado para ejemplificar; sin embargo, algunos estudiosos del tema están de acuerdo en que no es el más adecuado por las diferencias que implica, según los rasgos que hemos escrito, mayormente. ¿Cuál debería ser el nombre? No lo sabemos aún, pues incluso algunos dicen que tiene orígenes en cuestiones políticas, ya que en el caso de tratarse de un hombre son orígenes teológicos (su finalidad es convertirse en “el hombre”, según la figura paterna bíblica) (Morrison 44).

No nos ponemos de acuerdo, pero quizás sí sea conveniente otorgarle un término más adecuado, como “novela de restauración”, “novela de reconciliación”, o algo sugerente. Mientras tanto, nos conformamos con él, pero es bien cierto que hay que reconocer las diferencias. Un hombre no piensa igual que una mujer, ni escribe igual; el Bildungsroman lo ejemplifica bien: ninguno es mejor que otro, sólo somos diferentes.

 

Obras citadas

Barbas Rhoden, Laura. “The Quest for the Mother in the Novels of Gioconda Belli”. Letras Femeninas 26 (2000): 81-97.

Belli, Gioconda. Sofía de los presagios. Barcelona: Emecé Editores, 1996.

Kleinbord Labovitz, Esther. The Myth of the Heroine. Nueva York, 1986. 21 de mayo de 2009 <http://www.questia.com/PM.qst?a=o&d=29298364>.

Morrison, Toni, y Maxine Hong Kingstone. “Female Bildungsroman”. 2000. Academic Search Premier. EBSCO. 17 de mayo de 2009 <http://web.ebscohost.com/ehost/pdf?vid=3&hid=6&sid=1e7b9c5c-f146-4480-9b2c-8b0ba1664bff%40sessionmgr3>.

Sagredo, Felix y Juan Antonio Sagredo. “Las bibliotecas en Estonia”, Estonian Libraries Association, 1990. 17 de mayo de 2009 <http://209.85.173.132/search?q=cache:HBavujhSVOoJ:revistas.ucm.es/inf/02104210/articulos/DCIN9292110259A.PDF+karl+morgenstern+XIX&cd=4&hl=es&ct=clnk&gl=mx>.

Sotomayor, Carlos M. “Entrevista a Gioconda Belli”. Letra capital 30 de julio de 2008. 13 de mayo de 2009 <http://carlosmsotomayor.blogspot.com/2008/07/entrevista-gioconda-belli.html>.

Venti, Patricia. “La poesía me sobrepasa”. Letralia 2005. 21 de mayo de 2009 http://www.letralia.com/152/entrevistas01.htm.